La segunda entrevista que les compartimos es la de Fabián Valverde Villalón, quien también realizó estudios en la Universidad Politécnica de Madrid.
Siempre me había interesado explorar a profundidad otras culturas y desde que entré a la carrera de arquitectura y supe de la posibilidad de realizar una movilidad académica, pensé que sería interesante realizar un intercambio para conocer la manera de hacer arquitectura en otros países. En el 2019 intenté realizar una movilidad, sin embargo por múltiples motivos no se dio la oportunidad. Posteriormente, a inicios del año 2022, me conecté a una charla de movilidad y me volví a interesar en realizar un intercambio, solo que en este caso mis objetivos se ampliaron. Ahora más que conocer la manera de hacer arquitectura, me motivó aprender sobre tecnologías y temas alrededor de la sostenibilidad, que en Costa Rica todavía no son una prioridad tan marcada, pero deberían serlo.
En primer lugar, me interesó España porque mi familia materna emigró de España en el siglo XVIII hacia América, y yo siempre había querido conocer más al respecto. Esta era una oportunidad para acercarme y conocer más sobre las raíces de mi familia. Afortunadamente, y sin saberlo anticipadamente, visité una ciudad donde estuvo durante varias décadas mi familia (según el árbol genealógico que me mostró mi abuelo el día antes de irme para España), y descubrí que una de las casas donde vivió mi familia sigue en pie y actualmente es un museo en Málaga. Fuera de este tema, para la selección de la universidad realicé una investigación sobre las universidades españolas que tenían convenio con la UCR, y encontré que la Universidad Politécnica de Madrid es una de las mejores de España y más prestigiosas en arquitectura, muy bien ubicada en distintos rankings, lo cual por supuesto me interesó.
En definitiva tenía grandes expectativas y todas fueron más que alcanzadas. Algunas de ellas, dentro del ámbito académico fueron aprender sobre nuevas tecnologías, sostenibilidad, métodos constructivos en clima continental y tener un contacto más cercano con el urbanismo europeo. En otros ámbitos, esperaba conocer nuevas ciudades, crear nuevas amistades, probar nuevas comidas, experimentar lo que es residir en una zona con 4 estaciones, entre muchos otros.
Encontré que la UPM le da un enfoque más técnico a la arquitectura. Además en general en España, los arquitectos realizan más cálculos matemáticos que en Costa Rica. Lo anterior no fue ningún impedimento para desenvolverme en los cursos, ya que en la UCR también nos enseñan a hacer distintos tipos de cálculos, pero en la UPM los aplican más. Otra diferencia fue que en la UPM le dan un enfoque bastante fuerte al tema de los materiales, esto debido a que al encontrarse en clima continental, los aspectos de transmisiones térmicas, puentes térmicos, condensación y etc, influyen enormemente en la eficiencia energética de los edificios. Por su parte, me pareció que en la UCR se le da prioridad a las estrategias pasivas para el control climático, e incluso se estudia más el uso de la madera.
Dentro de las similitudes encontré que ambas tienen niveles de complejidad similares, aunque los cursos sean distintos. Incluso se comparten costumbres como “palmarla”, antes de las entregas finales y el consumo frecuente de café.
La dinámica cultural y urbana de Madrid y España me pareció increíble. Es un país con una cultura bastante marcada, principalmente en los pueblos más pequeños. A nivel urbano es bastante planificada y ordenada. Los medios de transporte son sumamente eficientes, limpios y seguros, lo cual hace que las personas opten, la mayoría de las veces, por movilizarse en transporte público o caminando, que en sus propios vehículos automotores.
Durante el intercambio y gracias a los convenios de la Universidad Politécnica de Madrid, tuve la oportunidad de asistir a distintas charlas y actividades.
Dos de las charlas a las que pude ir se situaron en la Fundación Norman Foster, donde participaron arquitectos de renombre mundial como Norman Foster y Alejandro Aravena. La primera de estas se llamó “Sustainability”, donde se expusieron múltiples temas sobre sostenibilidad y mostraron, entre otras cosas, avances en el desarrollo de materiales que tienen la capacidad de absorber Co2 y podrían ser utilizados eventualmente en la construcción. La segunda se llamó “Affordable Housing”, donde se conversó sobre maneras de crear vivienda asequible desde distintos enfoques, también haciendo hincapié en las actuales y urgentes necesidades de vivienda producto de la guerra Rusia - Ucrania.
Otra actividad a la que tuve la oportunidad de asistir y participar activamente gracias a la invitación extendida por los profesores del curso de “Certificación Energética de los Edificios”, fue al “Sustainable Building Think Tank”, organizado por Elissa, que es un marco de universidades europeas dentro de la que se encuentra la UPM. Tuvo lugar en la Estación Espacial Europea, ubicada en Madrid, y fueron partícipes estudiantes de grado y posgrado de España, Hungría, Alemania, entre otros. Esta actividad, además de permitirme aprender y compartir conocimientos y criterios desde una perspectiva arquitectónica, me ayudó a conocer personas de distintos países, y lo más importante para mí, identificar nuevos ámbitos dentro de los cuales se puede ejercer la arquitectura, como la administración de las instalaciones (facility management), salud y bienestar de las personas, y la eficiencia energética.
Considero que lo más valioso es la suma de experiencias que en conjunto me transformaron y abrieron la perspectiva en muchos sentidos, pero si tuviera que mencionar algo en específico, sería la importancia que está tomando la sostenibilidad a nivel mundial. El cambio climático y el agotamiento de los recursos están llevando al mundo al borde de la habitabilidad. Si desde las distintas profesiones no tomamos conciencia y empezamos a actuar sobre una ruta sostenible, el mundo será inhabitable a mediano plazo.
En primer lugar les aconsejo que lo hagan. Tomar esa decisión podría ser difícil, pero les aseguro que la retribución en términos de aprendizaje académico y personal va a ser increíble. Por otro lado, les recomiendo matricular cursos distintos a los que llevan en la UCR, para de esta manera complementar conocimientos, y en términos logísticos ser ordenados y planificados para que todo el proceso se lleve satisfactoriamente.
Definitivamente no hubiera sido lo mismo sin Julián. Nos conocimos durante el proceso de aplicación para realizar la movilidad académica, y desde ese momento, la mayoría de los trámites los fuimos haciendo al mismo tiempo, lo cual nos ayudó a hacer más fácil el proceso. Una vez que ambos llegamos a Madrid, salimos a conocer la ciudad y nos hicimos más amigos.
Durante los meses que estuvimos allá, continuamos saliendo y viéndonos para todo tipo de actividades como paseos, compras, asistir charlas, entre otras. A su vez, algo tan sencillo como ir a cenar a algún lugar cerca de donde vivíamos se convertía en conversaciones de un par de horas donde nos contabamos cosas que habíamos aprendido, vivencias que habíamos tenido o incluso para planear futuros paseos. En lo personal, cuando salíamos me sentía como en casa por tener costumbres, tradiciones e incluso acento en común.