El pasado 21 de octubre, el proyecto Megáfono en la Ciudad diseñado por arquitecta Alejandra Méndez Ramírez, docente de nuestra Escuela, fue declarado ganador de la categoría de Espacios Confinados del “Concurso de ideas: Nuevo Imaginario Post Covid-2019” organizado por el Colegio de Arquitectos de Costa Rica (CACR) y la Asociación Costarricense de Profesionales en Arquitectura (ACOPRA).
El objetivo del concurso era “generar reflexión entre la comunidad de arquitectos en Costa Rica, para abordar con ideas y conceptos espaciales los espacios existentes de acuerdo con las nuevas condiciones de pandemia.
Se espera que el Concurso contribuya a la discusión de ideas para acondicionamiento de espacios, que permitan un mejor uso y se adapten a la nueva normalidad, entendiendo que será la forma de utilizar las áreas públicas, de uso común y las áreas privadas de uso personal y familiar en fase postcovid-19.”
A raíz de este reconocimiento, quisimos conocer más, desde la perspectiva de Alejandra, acerca de sus intenciones de diseño, las razones de participar en este tipo de iniciativas y las reflexiones que sustrae del ejercicio para idear la Ciudad Post-Covid 19.
La propuesta “MEGÁFONO” busca promover la espontaneidad de la ciudad de una manera segura. Esta estructura cónica hecha de madera, funciona como un megáfono, una estructura sencilla que permite direccionar y propagar las ondas de sonido sin la necesidad de electricidad o sistemas mecánicos para su funcionamiento.
Este proyecto busca exaltar el espacio democrático del arte en el espacio urbano, permitiendo a un violinista tocar sin estar en contacto con las personas, y a los oyentes apreciar a una distancia segura, un acto musical, de oratoria, teatral u otro. Este amplificador de sonidos está abierto a lo normal, a lo hermoso, a lo natural, a lo artificial, a lo ruidoso y a lo incómodo.
Esta propuesta la considero un espacio confinado, confinado es un espacio que no está en relación con los otros espacios, o un espacio que no permite la comunicación o contacto entre usuarios; por lo que quiero presentar este nuevo espacio confinado, en el sentido en que el espacio me protege, me separa mientras me permite conectarme con los otros. Me conecto de manera visual, auditiva, sensorial.
El espacio público y la vivencia urbana, son elementos que me llaman la atención, tanto para vivirlos como para desarrollarlos. Me gusta experimentar instalaciones urbanas y ser sorprendida por el espacio público.
Al ver el llamado del concurso, me sentí identificada con las posibilidades de generar nuevos espacios urbanos que respondan a los cambios de dinámica del espacio público. Vi en este concurso, un espacio para replantear los sitios para aglomeraciones, para lo espontáneo y para lo democrático.
Estos llamados abiertos a propuestas, considero que son ejercicios refrescantes para los profesionales en arquitectura, nos permiten distanciarnos de proyectos más direccionados y entrar a un proceso de pensamiento de exploración. Este ejercicio me incitó a leer, a analizar de forma nueva mi entorno y a proponer ideas que me muevan de mi zona de confort.
Quisiera que el ejercicio de imaginar una adaptación y diseño de una ciudad Post Covid, nos abra posibilidades en el espacio público. Quisiera que los cambios de dinámicas que estamos experimentando impulsen el desarrollo de la vivencia urbana; que las municipalidades nos ofrezcan a los usuarios parques dinámicos y de uso múltiple, que el diseño arquitectónico privado designe más espacios para la vida urbana. En fin, quisiera que en lugar de tener miedo al afuera, el afuera nos abrace y nos de posibilidades.
Siempre es una sensación muy linda cuando la idea que se presenta es bien recibida. Pensé en las y los músicos que estaban en la plaza de la Cultura, pensé en los y las estudiantes de actuación que se presentaban en Generales, pensé en los oradores en frente del Correo, y me pregunté una vez más como el distanciamiento social ha afectado estos sucesos urbanos tan bellos, y qué podemos hacer para propiciar un espacio seguro para las vivencias urbanas.
Alejandra Méndez Ramirez es Licenciada en Arquitectura graduada de la Universidad de Costa Rica, y Máster en Diseño Escenográfico de la Universidad de Østfold, en Noruega. Ha trabajado como diseñadora de exhibición en dos museos noruegos, el Museo de Tecnología Noruego y el Museo de Folklore de Hadeland. También ha desarrollado instalaciones urbanas en Noruega y Suiza. En Costa Rica trabaja con escenografía para teatro y en el área de educación para arquitectura en la Universidad de Costa Rica.