Durante este semestre el Departamento de Comunicación de Arquis realizó varias entrevistas con los estudiantes que realizaron intercambios el pasado semestre en el extranjero. La última estudiante en contarnos su experiencia fue Andrea Castro, estudiante de cuarto año de Arquis, la cual escogió como destino Canadá, específicamente Montreal. Andrea habla mucho de las experiencias adquiridas, cómo tomar decisiones arriesgadas ayudan a las personas a crecer, y que no fue un viaje solamente académico sino también personal.
Escogí Canadá y la Universidad de Montreal por que yo estudié en el Liceo Franco Costarricense, por lo tanto, tengo dominio del idioma francés y quería aprovechar esta oportunidad y hacer un intercambio donde pudiera practicar el idioma. Además, Canadá me llamaba mucho la atención por su clima y su cultura.
La verdad creo que no sabía qué esperar, sabía que iba a ir a un lugar muy frío y estaba muy emocionada. Iba con la mente abierta a conocer nuevas cosas, a adaptarme a las circunstancias que tuviera que enfrentar, el intercambio en ese momento era una oportunidad para mí para crecer como persona, para desenvolverme por mí misma.
Pienso que fue una experiencia que tenía que vivir, una experiencia única, quedé enamorada de Canadá…sin duda regresaré algún día. Ahora me queda un último esfuerzo para terminar mi carrera y ver qué nueva aventura me depara la vida. Me gustaría ir a hacer una maestría en algún lugar. Es muy enriquecedor aprender de lo que otros países tienen que ofrecer.
En términos pedagógicos, por ejemplo, todas las semanas había lecturas obligatorias que complementaban los temas vistos en clase. Como metodología me parece algo sumamente valioso ya que uno tiene la posibilidad de conocer autores que han escrito al respecto, de ampliar su conocimiento y de hacer conexiones entre textos y con respecto a la materia vista en clase. La lectura debe convertirse en un hábito, y en la Escuela se ve muy separado la teoría de la práctica cuando no debería ser así.
Lo más valioso fue que la experiencia no debe quedarse solo en el ámbito académico, la ciudad tiene mucho que ofrecer, en términos de conocimientos de sistemas de movilidad, de espacios públicos, de edificaciones y lugares que conocer, restaurantes, etc. También, en la experiencia que uno puede llegar a tener con las personas que conoce, los momentos que vive, los lugares que visita, etc.
Montreal es una maravilla. Es impresionante cómo la dinámica cultural y urbana de la ciudad cambian completamente de invierno a verano. En invierno sin duda es la ciudad subterránea, sin embargo, la gente sale a disfrutar de los festivales de invierno donde hay música, productos de maple y cabañas de azúcar donde enseñan todo el proceso de fabricación de la miel de maple. En verano, las personas se vuelven locas, hay actividades todos los días, las personas salen y arreglan sus jardines, hay flores por todas partes, festivales musicales en la Plaza de las Artes. Se puede andar en bicicleta por toda la ciudad, hay muchos espacios públicos efímeros, abiertos solo durante la época de verano, donde los ciudadanos disfrutan del arte y la cultura que ofrece la ciudad.
Visité el Centro Canadiense de Arquitectura, donde pude asistir a una exposición sobre cómo el espacio afecta la felicidad de las personas. Fue muy interesante, por ejemplo, había una sala con una luz amarilla y con una alfombra muy peluda, y precisamente el objetivo era que las personas sintieran como ese tipo de cosas afectaba el estado de ánimo, sin duda uno se sentía más cómodo.
Creo que intentaría conocer más gente y hacer más amigos, y tal vez conocer más lugares cercanos, que no tuve la oportunidad de conocer.
Frio, Encuentro, Atrevimiento
Frío: no solo por el clima extremo (-23), los canadienses son muy abiertos en muchos temas como la sexualidad y libertad de expresión; sin embargo en el ámbito personal son muy cerrados, es difícil hacer vínculos personales.
Encuentro: me encontré a mí misma, descubrí muchas cosas de mi que no sabía, encontré viejas amistades que tenía mucho de no ver, conocí nuevas personas que se convirtieron en buenos amigos, encontré lugares nuevos, experiencias nuevas, oportunidades, etc.
Atrevimiento: al estar en un país que no conocía y con la mentalidad de tener que aprovechar cada oportunidad que se me presentara me atreví a hacer cosas que antes no hubiera hecho, no tenía nada que perder.
Que lo hagan, que no lo piensen tanto, porque es una oportunidad única, que vale demasiado la pena y si está dentro de sus posibilidades es una experiencia que todo universitario debería vivir. Y sin duda deben aprovechar todas las oportunidades que se les presenten una vez que estén allá.
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